Nunca imaginé que iba vivir
la desgracia que hoy padecemos la mayoría de los venezolanos. Tengo amigos
presos, exiliados, perseguidos por unos gobernantes que juraron en algún
momento "Defender la Patria y sus Instituciones". Muchos de eses amigos
por supuesto son hijos de quienes hoy deberían celebrar su día de la madre con
alegría; mi solidaridad para ellas y felicitación porque parieron hijos con
coraje y que están pasando esas penurias por las enseñanzas recibidas. A demás
madres del país, mi cariño, respeto y admiración por los sacrificios que día a
día hacen para formar a sus hijos en la Venezuela de hoy, Dios les permita un
día de felicidad
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